sin contraseñas

la cartera del portátil me pesa hasta el punto de dejarme la marca en el hombro, enrojecido, caliente. En la cartera del portátil no solo estaban las baldosas verdes descoloridas por el uso del lavabo de la biblioteca, que tanto estoy analizando ultimamente.

En la cartera del portátil no solo están los apuntes para mis trabajos de la universidad, ni un par de notas con tontos versos hechos a la luna con forma de uña de la noche anterior.

La cartera del portàtil hoy está llena de algún libro de ilustración infantil para seguir aprendiendo, está llena de Mariano y sus miradas fuera del portátil, la biblioteca para él es un punto de observación humano, de reojo le miro y me sonrío pensando en que estará pensando, y más divertido, cuando se da cuenta y con un gesto minúsculo vuelve a la pantalla para seguir, él también con sus trabajos para esa carrera que tantas ganas tiene de acabar.

La cartera del portátil me la llevo sujetándola de las dos manos, por que está llena de complicidad, de jueves-viernes, siempre con los nuestros, Xavi, Óscar, Fabi, Pepe, Ventu, mi tia y su lucha contra el cáncer, que bueno hablar de todo.

La cartera del portátil se ha llenado de Carmen Camacho y la ilusión por conocerla, soy un animal Camachil, así me presentó Mariano a Carmen mientras tomábamos unas bravas.
Menos mal que soy una desvergonzada..., me río, como ayer...
Muchas cosas

Y cuando pienso que no me cabe nada más en la cartera del portátil, por que se me ha acabado la bateria, voy a buscar a Xavi a la tienda, ha tenido el gran detalle de ir por mi, de dejarme respirar el aire que quería, de separarme del tiempo, para que puediera tener más.
Y cuando pienso que no cabe más me invita a comer, un momento para los dos y me coge la cartera del portátil para llenarla también de él.

Ahora vuelvo a estar frente a los apuntes y así hasta tarde...