martes, 22 de junio de 2010

Paco, Francinsco, mi suegro Paquito escribe y me gusta conocerle en esta intimidad.

El viejo abuelo anda con paso lento, cansado, casi agotado.
De pronto siente una brisa suave que acaricia sus mejillas y
su semblante se torna una sonrisa. Sabe que está llegando
al final del camino.
Ha cuidado su vida. De niño de manera despreocupada claro.
De mozo hizo de ella una estrategia de vivencias para conseguir ser feliz
y hacer felices a los que tenía a su lado.
Y fueron cayendo los años y su vida fue una entrega total. Entrega de su fe, entrega de sus ilusiones, entrega de su fuerza, entrega de sus alegrías,
pero siempre guarda para si sus miedos.
Y ahora ya abuelo anda con paso lento, cansado y de tanto dar con alegría se ha quedado sin sueños. Solo le acompañan sus miedos.
Por eso la brisa le ha hecho sonreir. Porfin podrá entregar sus miedos, y así no podrán hacer daño a los que tanto ha querido.
El precio siempre es el mismo: entregar sueños y alegrías a cambio de los sueños de Todos.


Me preguntais hijos que hay que hacer para ser felices.
Hace años que sin daros cuento os lo vengo diciendo,con más o menos acierto, pero
siempre a golpes de vida, porque yo nunca he sabido.
Debeis cerrar las puertas de vuestras vidas al MIEDO.El miedo es la muerte de toda vida.
Con miedo no existe nada, ni alegría ni sosiego, ni paz interior, solo tienes la más fría de las soledades.
Cuando sientas esas soledad, sabrás, que el miedo a lo que sea, te azecha.
Es entonces cuando tienes que parar tu vida y hacer frente a ese miedo, alo que sea, y hecharlo sin piedad.
frf

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